La educación superior avanza
Por William Van Swearingen |
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 n el 2016 la Universidad Nacional de Guinea Ecuatorial (UNGE) se mudará a un campus en las afueras de la ciudad de Malabo. Con un edificio futurista para la administración y una biblioteca en el centro, el nuevo campus universitario terminará inscribiendo a 10.000 alumnos, establece el rector de la UNGE, Dr. Carlos Nzé Nsuga. Se está construyendo un campus idéntico en Bata, en el continente.
La universidad es la primera de Guinea Ecuatorial. La España colonial nunca fundó una universidad en el país, de modo que apenas algunos de sus habitantes podían acceder a un título universitario, yéndose a estudiar al extranjero. El nivel educativo más alto al que se podía acceder cuando gobernaba la corona española era a través de una escuela de administración pública en Malabo.
Cuando la economía explotó después del descubrimiento de petróleo a mediados de la década de los 90, la necesidad de una población educada para hacerse cargo de un país que se modernizaba a pasos agigantados se tornó imperativa.
Fundada en 1995, la Universidad Nacional comenzó con un alumnado de 200 estudiantes. Hoy día cuenta con 9.000 alumnos que se forman en los dos campus, en el de Malabo y en el de Bata, que hoy por hoy se hallan sobrepoblados.
La historia de este crecimiento fenomenal en tan sólo 20 años es testimonio de la dedicación de su cuerpo docente y administrativo, según el Dr. Nzé Nsuga. Lleva tiempo construir una buena institución educativa, en especial en un país que nunca ha tenido una y que no cuenta con una reserva de educadores bien capacitados.
La UNGE ha atacado este problema a través de la contratación de profesores de otros países al tiempo que se ocupó de capacitar a su propio personal docente. También ha buscado incansablemente establecer vínculos con universidades en África, Europa y América para, de este modo, enriquecer sus programas educativos.
La veloz expansión de la educación en el país también ha sido posible gracias al gobierno, que ha proveído educación gratuita a nivel básico y universitario, en la UNGE.
El rector, un hombre de voz suave, en una entrevista extensa en su despacho, explicó cómo la universidad ha llegado a ser lo que es hoy día y nos contó acerca de algunos de los nuevos proyectos educativos disponibles para los ecuatoguineanos.
Perspectiva histórica
Los problemas que surgieron a partir de la falta de universidades en el período colonial se exacerbaron después de la independencia del país, en 1968, cuando el primer presidente, Francisco Macías Nguema, cerró las escuelas y desató una campaña en contra de los extranjeros y de cualquier persona que contara con una educación. Miles de las personas mejor educadas debieron irse del país.
Antes de la fundación de la UNGE, Guinea Ecuatorial sólo contaba con un programa de educación superior (un centro educativo dirigido desde España) diseñado principalmente para capacitar maestros y profesores. Aquellos estudiantes que quisieran estudiar otro campo, debían emigrar, muchos de ellos a España, a la Unión Soviética, a Cuba y a otros países, ayudados por la concesión de becas.
Los primeros profesores de la UNGE fueron muchas de esas personas que habían recibido educación en el extranjero y que regresaron una vez que el gobierno del presidente Obiang Nguema Mbasogo asumió el poder en 1979.
“Comenzamos con tan solo tres escuelas aquí en Malabo: una de pesca y forestal, una de educación y una de administración”, contó el Dr. Nzé Nsuga. “En Bata también se comenzó con tres escuelas: una de formación de profesores, una de ingeniería y una de salud.”
Poco a poco la universidad fue creciendo e incorporó una facultad de letras y ciencias sociales con programas de derecho, ciencias políticas, idiomas y comunicación. En Bata se comenzaron a ofrecer cursos de ciencias naturales y medicina.

Una asociación popular con la Universidad de Drexel
Entre los diversos programas llevados a cabo con otras universidades a través de asociaciones académicas, el programa de colaboración ambiental a largo plazo con la Universidad de Drexel en Filadelfia es de particular interés. Este programa, que es muy popular entre los estudiantes ecuatoguineanos, se concentra en la conservación de la rica biodiversidad de la isla de Bioko. Grupos de alumnos de las Universidades de Drexel y de la UNGE trabajan juntos desde la base en Malabo y realizan viajes de campo con frecuencia para estudiar la flora y la fauna de Bioko y colaborar de manera activa en post de su preservación a través de controles de las condiciones ambientales, de las poblaciones de especies en riesgo de extinción y otras actividades.
Un centro de investigación en Moka sustenta estas actividades, en lo alto de la húmeda selva tropical al sur de la isla, y bajo la supervisión del cuerpo docente de la Universidad de Drexel y la UNGE. Los alumnos de la Universidad de Drexel también toman clases de español.
Otra de las colaboraciones de la UNGE con universidades estadounidenses es el programa de intercambio para que estudiantes de ingeniería ecuatoguineanos estudien en la Universidad de Carolina del Sur.
Una Universidad Americana en Oyala
El rector se entusiasmó al hablar del establecimiento de una nueva universidad en la flamante capital, Oyala, en el continente. La Universidad Americana de África Central ofrecerá planes de estudio en inglés, español y francés. Se espera que sea inaugurada en 2015.
“Durante muchos años hemos desatendido la enseñanza del inglés en Guinea Ecuatorial. Necesitamos más estudiantes que hablen inglés porque este es el idioma más utilizado en el mundo de los negocios, en la administración de empresas, y en las ciencias naturales, pero sobre todo porque hay muchas compañías petroleras estadounidenses que operan en el país”, explicó el Dr. Nzé Nsuga.
Se prevé que la nueva universidad tendrá un alumnado de 8.000 personas. Contará con escuelas de medicina, arquitectura, ingeniería civil y petrolera, derecho y negocios.
Al hablar de estos acontecimientos, el Dr. Nzé Nsuga se muestra orgulloso del avance de la UNGE y de su país desde que él era estudiante. Cuenta que a su primer trabajo solía ir corriendo y que ni siquiera los ministros del gobierno tenían coche. Acerca de la expansión notable de la educación superior en Guinea Ecuatorial, dice que es “un verdadero legado que mi generación nunca tuvo”.
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